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Sobre Inés

Ines Diarte

El trazo es emocional y cerebral a la vez; una búsqueda de la esencia de las cosas a partir de un cierto desagrado hacia el cotilleo, tanto verbal como plástico, y de una relación física con la materia.

La artista siente una evidente atracción por la luz, que busca también en su material favorito, el acero, trabajado en placas como cuadros en los que explorar el juego de los reflejos. O en instalaciones con un claro predominio de la iluminación.

¿Y qué decir de los negros profundos que habitan sus grabados? Impregnada de yin y de yang, juega con la luz y las tinieblas, como dos expresiones indisociables de una misma unidad del ser.

Se trata, de forma prioritaria, de una energía que se desprende de todo su trabajo. Como si los objetos y las ideas se definiesen por su vibración antes que por su nombre. Los temas cobran finalmente poca importancia, pues no son más que un pretexto para reflejar fuerzas inmateriales en acción.

Metal, grabados, instalaciones, diseño, teatro… Sus creaciones se inscriben en la multiplicidad de las formas y las disciplinas abordadas. Las obras se suceden en distintas fases, dialogan entre ellas y se complementan.

Su trabajo es un movimiento; la artista se detiene sobre todo lo que le interesa, abraza los conceptos y las vibraciones para convertirlos en reales. Es así como recorre su camino.

Inés es una funámbula que camina sobre la cuerda floja con ligereza, exigencia y gravedad.